La economía global ha representado un desafío gerencial que busca colocar a la empresa en el punto de competitividad necesario para poder mantenerse en su nicho de negocio con cierto nivel de liderazgo. El Dr. William E. Deming entregó a la sociedad de los negocios, sus denominados principios gerenciales, que lideraron durante las décadas de los 80 y 90 el concepto de la calidad.
Los aportes de Deming en el área de los negocios, comenzó con el principio de la constancia en el propósito de mejorar los productos y servicios de una organización. Evidentemente que Deming, que fue el pionero del desarrollo económico japonés, ordenó un pensamiento de mejora continua tomando en consideración la aceptabilidad que en el producto manifiesta el cliente en término de posibilidades de uso, integrando para su selección la presencia y factibilidades de uso con las posibilidades de adquisición del mismo.
"Hoy día se tolera demasiado la mano de obra deficiente y el servicio antipático. Necesitamos una nueva religión ...".
Si ciertamente, el cambio es lo único constante en el mundo de los negocios, la mejora continua debe ser el elemento de permanencia organizacional, para lograr que un empresa se mantenga competitivamente a través del tiempo y pueda convertirse en un ente de competencia global, de ahí que el Dr. William E. Deming, comenta que “más que hacer dinero, la función de una empresa, es mantenerse en el negocio y brindar empleo por medio de la innovación, la investigación, la mejora constante y el mantenimiento”. A simple observación, Deming transmite su convencimiento de que el elemento por excelencia para competir en el mercado global es la mejora continua.
La pregunta obligada es si hay la posibilidad de producir productos y servicios en calidad permanente por gerentes no preocupados por su competencia personal. La respuesta la obtenemos a través del denominado segundo principio de Deming, citamos: "Hoy día se tolera demasiado la mano de obra deficiente y el servicio antipático. Necesitamos una nueva religión en la cual los errores y el negativismo sean inaceptables".
Las organizaciones que establecen en su visión, competir en un mercado global, tienen que tomar en consideración que para lograrlo deben seleccionar un personal de gerencia que también tenga el criterio de ser competitivo en sus propias ejecutorias y estar en capacidad de mejorar constantemente sus posibilidades de capacitación haciendo lo posible por lograr una tendencia de conocimiento hacia los cambios del entorno universal.
Tanto para la elaboración del producto o servicio, como para la capacitación del personal de la organización, generalmente la empresa las realiza después de detectar los defectos y las deficiencias y el Dr. Deming, le da un mentís a esta práctica con su tercer principio de “no depender más de la inspección masiva, cuando dice, citamos: "Las empresas típicamente inspeccionan un producto cuando éste sale de la línea de producción o en etapas importantes del camino, y los productos defectuosos se desechan o se reelaboran. Una y otra práctica son innecesariamente costosas. En realidad la empresa les está pagando a los trabajadores para que hagan defectos y luego los corrijan. La calidad no proviene de la inspección sino de la mejora del proceso".
"El cuidado debe ser de no priorizar el precio a la calidad de las compras"
El cuarto principio aportado por Deming con relación a la calidad recomienda, acabar con la práctica de adjudicar contratos de compra basándose exclusivamente en el precio. Evidentemente, que lograr una fortaleza en costo es un elemento básico de competitividad, porque permite una asignación de precio ventajosa, pero el cuidado debe ser de no priorizar el precio a la calidad de las compras.
Los desafíos gerenciales en organizaciones de visión global obligan a la constancia en el propósito de mejorar los productos y servicios de una organización, estas deben asumir un criterio de liderazgo basado en la respuesta oportuna a los desafíos del medio y comprometerse con suplidores que garanticen respuestas oportunas a los retos de la empresa para la satisfacción de las necesidades de los clientes. Los principios de Deming y la obligatoriedad que tenemos de arrojar luz gerencial como contribución a la competitividad global, nos obliga a continuar hablando en próximas entregas sobre los desafíos empresariales y los gerentes con una visión global, como conceptos que constituyen la combinación perfecta para que una organización logre cumplir con su misión y lograr su visión de futuro.
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